Desde que la Asamblea Constituyende elige a Elisa Loncón (una académica con varios nombramientos y títulos académicos) no ha dejado la delegada de RN, Teresa Marinovic, de atacar y desenfocar las tareas de redacción que la asamblea tiene a cumplir con un año de plazo.
Muchos hemos sido los que nos ha sorprendido que una persona, de apellido croata, tome tan de frente algo que en cualquier otra parte del mundo sólo la desacreditaría a ella misma: el derecho a la lengua materna la incluye más que la excluye. Desacreditando los derechos ancestrales de los pueblos originarios de Chile y el derecho per definición de hablar un idioma que siempre estuvo en la región del sur del mundo. Al parecer tenemos a una Marinovic atacando el sólo hecho de que la presidenta de la asamblea sea originaria Mapuche. Es ese el gran enfoque de la representante ultraderecha?
Naomi Klein y la política de choque
Pero si vemos los efectos de su actuar nos acercamos muchísimo a lo que Naomi Klein define como la política del choque. Una estrategia neoliberal que se ha implementado en varias regiones Estadounidenses donde tragedias climáticas (como en Nueva Orleans) han devastado regiones enteras. En contra de todo tipo de modus operandi, el gobierno local y nacional decide no invertir en ningún tipo de área común donde antes tenían por definición que reconstruir. Desistieron de todo tipo de acción y dejaron a la deriva o en manos privadas, al mejor postor, que el mercado definiera qué sectores serían los que emergerían de la desolación. La política del choque se definía entonces en presentar el desastre como un producto más donde el mercado debía actuar y definir si era rentable o no. El resultado fue que escuelas, hospitales y muchas instituciones de carácter social fueron desoladas y desde entonces ya no existen.
La política del choque también define de que forma se puede evaluar o desvaluar un producto que en los ojos de los presentes no lo es, porque directamente no se puede comprar. Es en ese plano que podemos poner en análisis el actuar de Teresa Marinovic y su agenda de choque donde se encuentran lo requisitos que necesita para hacer de la Asamblea Constituyente un producente con un producto a devaluar, desacreditando en primer lugar su legitimidad y poniendo en duda si realmente existe la capacidad de redacción en los integrantes de esta asamblea. En primer lugar debe ella ponerse en una posición externalizada al grupo y desde ya no participar en ningún tipo de labor creativa en esta asamblea. Su primer punto de ataque será por lo tanto desacreditar a su presidenta atacando su condición de origen (la Gerente General de esta empresa no sabe llevar adelante su empresa, no apta), haciendo uso de la estigma que el pueblo mapuche por siglos ha sido expuesto. Una condición xenofóbica que muchos chilenos lamentablemente son herederos en su lenguaje y definición. El pueblo mapuche es medido con una vara de desprestigio para cumplir con la definición de ilegitimidad. No es difícil para la auditoría identificar al pueblo mapuche bajo la descripción de Teresa Marinovic. Lo que no estamos viendo aun es que el producente del producto está siendo efecto de desprestigio, bajo la demagogia, con el efecto de agudizar las preguntas buscando la confrontación con el efecto de retardar, en primer lugar, y desacreditar las tareas de este producente.
Los medios de disfusión
El plan esta entonces en marcha, para eso necesita Marinovic la difusión de su sentencia. Un foro ya establecido son los medios con los que Marinovic contará para hacer efectivo su devaluación y desacreditación. Los medios en apoyo son partidarios del análisis que Marinovic representa y presenta por lo que en los textos a venir, todos serán redactados con una dirección única. Atacarán no sólo a la presidenta de la Asamblea Constituyente sino a la misma asamblea. En esto hay metas claras y que son particulares del caso. No existe un tiempo ilimitado para la redacción de una carta magna. No existe una masa votante que esté excepta de la duda si verdaderamente hay algo de verdad en las criticas a la Asamblea Constituyente; aun redactando una carta magna será esta expuesta a un plebiscito donde la obligación ciudadana tendrá que aprobar o desaprobar la propuesta de una nueva constitución. El producto será expuesto a un mercado donde la duda estará ya vendida de antemano.
Es este el plan mayor de los que están detrás de Teresa Marinovic. Perdieron la elección a ser redactores pero no han perdido aun a ser aprobadores de la misma. El plan de choque es entonces desprestigiar el producto que la Asamblea Constituyente exponga a la ciudadanía, y ya está. Es un proceder ya conocido en Chile y como cuna del neoliberalismo está vigente en los reclames de la televisión, todos los días. No hay exponente en Chile que no se valga de la dicotomía para exponer su propio valor. Eso quiere decir: esto es malo no lo compres.
Devaluar el producto
De está misma forma será atacada la Asamblea Constituyente una y otra vez para de esta forma generar en la población votante de antemano un desapruebo a todo lo que esta Asamblea genere. El otro punto de ataque es difundir una expectativa exagerada en las preguntas que la asamblea deba tomar. La definición de tareas puede por lo tanto ser infiltrada por elementos que busquen poner en actualidad la mayor cantidad de puntos a desarrollar con tal de que la asamblea pierda fuerza en su redacción y los textos no concuerden con esa expectativa despertada en la ciudadanía. La meta es buscar lo absurdo, para comprobar el desprestigio y la incapacidad de trabajo. El producto es entonces un vaso de hielo en medio del Sahara. No se puede usar aunque te entregue refrigeración, de allí lo absurdo.
Recordemos que la política de choque cuenta con los poderes financieros necesarios como para hacer creer que las galletitas ”negritas” son una parte importante en donde tenemos que enfocar nuestro interés. El desgaste como función de choque es una parte importante de esta trama.
El producente sin resguardo
Lo importante al caso es que no exista un equipo de resguardo que proteja las labores de la Asamblea, mejor de lo que hasta ahora se ha venido viendo. La falta de una infraestructura tal que le entregue las condiciones tales como para que se pueda mantener alguna forma de independización de los trabajos a realizar, o simplemente que existan las condiciones de trabajo tal que les permita a los representantes electos tranquilidad y radio de acción siguiendo un consenso laico.
Estas condiciones dejan bien al claro que desde gobierno no ha existido una predisposición a generar condiciones optimas de labor para la Asamblea Constituyente. Desde ya es un poco entendible puesto que el gobierno de Piñera actuó en pos de una presión político-social y no bajo una idea propia de renovar o cambiar la constitución que les sirvió durante treinta años como plataforma para todas los enormes negocios que políticos y negociantes han podido hacer a partir de un documento totalmente en pro del despojo total de un país entero.
Marinovic y su fecha de caducidad
Teresa Marinovic, será instrumentalizada hasta que ya no cumpla más su uso porque también ella es un producto de su mismo mercado. Cumplirá su labor hasta que se caduque su fecha de uso. Pero ya habrá hecho una labor importante desde la perspectiva de choque al implantar la duda sobre la veracidad de redacción de la Asamblea Constituyente.
