
Ramon Perez
Miénteme al oído y dime
que no es la muerte la que llama;
dime que encontraste los tornillos.
Dime con tu vos más tenue
que en la esquina asoma la paz
con una rama de olivo en sus dedos.
Dime que no son más los caídos
que son mas los que se levantan;
en paso firme y sin armas marchan.
Por favor dame tu mentira
en susurro, así ya no despierto
a este pobre futuro.
Déjanos en un sueño de cielos
de plumas y alas blancas
y olvídate de despertarnos.
Es que ya todos sabemos
que los infiernos son tantos
que nos faltan cuerpos para saciarlos.
Olvidémonos al fin las verdades
y dejemos que la justicia se pudra
en manos de los que todo profitan.
El agua que mi sed busca se quedó
en los desiertos de mi memoria:
no me des más pan ni agua.
Deja que la libertad me aniquile
y desnutra poco a poco mi canto
en una mentira rubia de tu boca.