Ramon-Cho (2025-07-29)
1.
En el silencio, la tarde
despierto errando en un mar,
como queriendo calmar
lo que en tu pecho aún arde.
Tu voz, tan tenue, que aguarde
la lluvia en la lejanía,
que ahoga toda alegría.
Ya no soy más aquel niño
que tiñó con su cariño
las horas de su agonía.
2.
Tambaleando en una silla
me acosa la levedad,
ni noche ni claridad
me llevan hasta la orilla.
Y si el sueño se arrodilla,
pareciera pesadilla.
Dando vueltas me concentro
sin hallar ningún aliento
en las cosas que ahora siento:
sólo un viento aquí adentro.
3.
No te olvides de mí, dices,
la noche es larga sin hora,
y sólo un paso demora
a los que oyen sus raíces.
Tus palabras son deslices
que repiten la sentencia:
carga cruel de la existencia.
Tu latido, cuando asoma,
resuena como una loma
que gime en su penitencia.
4.
Es la tarde de tu vida,
una sombra te recubre.
Tu viaje, hondo y tan lúgubre,
no conoce despedida.
Nadie supo de tu herida.
Los ojos ya no adivinan
el color que las almas pintan.
Sólo el eco nos lo nombra,
como un gesto entre la sombra
que los ausentes germinan.