Trataré de ser explícito en mi opinión a lo que ha sido la campaña electoral en mi antiguo país Chile. Las estadísticas señalan que la candidata por la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, volverá a ser presidente, renovando así un pacto al que ella misma había dado por concluido.

 

 

No estoy en contra de las posturas presentadas por su comando, ni tampoco estoy en contra de que se prometa cambiar el cielo y la tierra. Lo que sí encuentro incómodo es que su presidencia prometa cosas que pudieron haber cambiado en su gobierno anterior. La primera pregunta se cae de madura ¿Porque podrá su gobierno cambiar cosas si no lo hiso antes?

Yo creo que esa pregunta se la hacen más que nada todas las comunidades mapuches que bajo el gobierno Bachelet sufrieron la represión tal igual hubiese sido un gobierno militar. ¿Cuántos han sido enjuiciados por los atropellos a los derechos del pueblo mapuche?Personalmente caigo en el evidente reacio a las ambiciones de una persona que quiere ejercer poder anteponiéndose como imprescindible en este proceso.

Me da la impresión de que existiera en su candidatura una ambición bastante lejos del altruismo ideológico, una ambición de retomar el comando sin otro sentido que justo el recobrar algo perdido. En todo sentido de la buena palabra lo digo esto, porque si fuese la ambición querer cambiar algo, esta ambición no se hace repitiendo lo ya conocido porque eso no es cambio. Es como colocar un cartel que diga aquí no se colocan carteles.

El verdadero cambio se genera cuando la experiencia de una generación se traspasa a la siguiente y se le permite a esa nueva generación hacer el análisis y sacar sus propias conclusiones. Nada de esto existe en el pacto detrás de la Nueva Mayoría, porque de haber verdaderamente planteado un cambio no se hubiese elegido a una persona como Michelle Bachelet, no lo digo porque yo desacuerde con las ideas que se plantean. Sino porque, reitero, a mi parecer no se trata nada de cambiar sino de cementar un status quo en retórica, planteamiento político, etc. Oseas algo bien ordenado por un comité que sabe cómo se ganan elecciones.

Si se hubiese verdaderamente querido imponer una renovación de cimiente para eso demás existían candidatos jóvenes y gente con mentes renovadoras, con ganas y garras de querer hacer algo nuevo en la política chilena (no se olviden de Camila Ballejos por poner un ejemplo).Es por eso que a mi parecer siento mucho que el retorno de Michelle Bachelet al poder no sea otra cosa que un gran error en el desarrollo de la democracia chilena. Un desarrollo que tanto se necesita y que tanto hemos esperado, confiado y depositado tanta esperanza en todos esos gobiernos que han sucedido a la dictadura militar.Experimento que demás está hacer una lista de todas las cosas que los gobiernos de la concertación no han hecho, pero en mi horizonte personal se olvidaron hace tiempo de todos nosotros que nos criamos en el exilio mirando hacia el punto en ese lado del mundo que se llama Chile. De nada vale el eco histórico en el que muchos de nosotros gastamos vos y guitarra pidiendo la solidaridad mundial para un retorno democrático a este Chile que hoy nos desconoce.